José Rivera Ramírez nació en Toledo el 17-XII-1925 en la Plaza de Santa Isabel, 2. Fue bautizado el 2-I-1926 y confirmado el 27-III-1927 en su parroquia de Santo Tomé Es el último de cuatro hermanos: Carmen (4-I-1915), Antonio (27-II-1916) y Ana María (3-V-1923). Creció en una familia católica, bendecida por el testimonio del hijo mayor Antonio, «el Ángel del Alcázar», que murió con fama de santidad el 20-XI-1936, a consecuencia de las heridas recibidas en el Alcázar.

Siendo joven universitario, ingresó en el Seminario de Comillas (Santander) donde estudió humanidades y filosofía (1943-1948), pasando a Salamanca para estudiar la teología (1948-1953). Fue ordenado sacerdote en Toledo el 4-IV-1953. Coadjutor en la parroquia de Santo Tomé (1953-1955) y ecónomo de Totanés -Toledo- (1955-1956).

Sacerdote diocesano, formador de sacerdotes, como director espiritual en los Seminarios de El Salvador e Hispanoamericano (OCSHA) de Salamanca (1957-1963), de Toledo (1965-1970), de Palencia (1970-1975) y de nuevo en Toledo (1975-1991, muerte). Profesor de Gracia-Virtudes  y Teología Espiritual en Palencia y en Toledo.

Maestro de vida espiritual. Apoyado en una intensísima vida de oración, mortificación y estudio, que le hizo experto conocedor de los caminos del Espíritu, se dedicó a la dirección espiritual de personas de toda clase, condición y estado. Dirigió innumerables tandas de ejercicios, pláticas y retiros espirituales por toda España. Con José María Iraburu, publicó varias obras de espiritualidad, entre las que destaca Espiritualidad Católica (CETE, Madrid 1982).

Padre de los pobres. Por amor a Cristo lo perdí todo, hasta hacerse mendigo por ayudar a los pobres, incluidos sus queridos gitanos. Ofreció su vida como víctima en la Navidad de 1988, y Dios aceptó su ofrenda concediéndole la gracia que suplicaba.

El 13-III-1991, tras un infarto cardíaco, recibió la unción de enfermos. Consumó su entrega el 25-III-1991. Su cadáver, donado por él a la Facultad de Medicina de Madrid, fue devuelvo a petición del cardenal-arzobispo de Toledo, Marcelo González Martín, y enterrado el 24-III-1994 en la capilla del Seminario Mayor diocesano de Santa Leocadia para adultos (Iglesia de San Bartolomé). Actualmente su cuerpo se encuentra enterrado en la Parroquia de Santo Tomé, en  Toledo, a donde acuden muchos devotos para pedir gracias y favores por su intercesión.

Por iniciativa del arzobispo de Toledo, Francisco Álvarez Martínez, se inició su proceso de canonización el 21-XI-1998, cuya fase diocesana fue clausurada el 21-X-2000. La actora de la causa es la archidiócesis de Toledo.

En marzo de 2004 se entregó en la Congregación para la Causas de los Santos la Positio sobre la vida, virtudes y fama de santidad. El 30 de septiembre de 2015, José Rivera fue declarado Venerable por la Iglesia Católica.

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